Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul


Robinho puede llegar a México. El rumor se corre desde diciembre del año pasado. Primero fue Atlas, luego, Querétaro. Hace seis meses sus números dejaban ver que se trataba de un jugador que vendría a retirarse. Hoy vive una realidad completamente diferente. Una que genera ilusiones en cualquier aficionado.


La salida de Ronaldinho de Gallos Blancos es casi un hecho. La llegada de Robson da Souza, una esperanza para seguir vendiendo playeras y para lograr campeonatos.


Las últimas temporadas del surgido de Santos muestran una mejora considerable en su rendimiento. De marcar 15 goles en 44 partidos (1 cada 3 duelos) en la Temporada 2010-2011, pasó a marcar 10 en 39 (1 cada 4), 2 en 27 (1 cada 13), 5 en 32 (1 cada 6) y 17 en 31 (más de 1 cada dos encuentros). Este último registro lo logró en Brasil con su club de origen.


Robinho tiene 31 años. Si bien no está cerca de la plenitud que mostró en el Real Madrid en su última campaña, los números muestran un renacimiento. Dunga lo vio así y lo llamó a la Selección de Brasil para la Copa América. Pudo jugar contra México en el amistoso, pero una lesión lo marginó.


Los números del Querétaro muestran una clara necesidad de goles. En los últimos diez torneos (sin contar liguillas) no pudo anotar más de 25 veces. Esa fue su máxima cifra, lograda en la última campaña.


Robinho no es un goleador nato -para eso tienen al recién recuperado Camilo Sanvezzo- pero su aporte ofensivo puede ser útil para que los festejos aumenten de manera considerable. El club necesita de un futbolista que apoye a Danilinho y William Da Silva en la generación de jugadas de peligro. Robiho podría encajar en ese sistema. Si no cae en indisciplinas, Víctor Manuel Vucetich será el más feliz con su llegada.