Por Arturo Castro
EL BETIS DE GUARDADO Y LAINEZ SE CONSAGRA, POR TERCERA VEZ EN SU HISTORIA, CAMPEÓN DE LA COPA DE SU MAJESTAD
¡Histórico Betis! En un partido auténticamente dramático, el Betis le gana en penales al Valencia y se consagra como Campeón de la Copa del Rey. Partido de ida y vuelta, con muchas emociones de los dos lados, y una definición dramática en penales, el Betis gana su tercera Copa del Rey en su historia.
El Betis arrancó tremendo el partido, salió asfixiante y muy intenso, y gracias a esa intensidad, en una muy buena jugada por la banda derecha, Borja Iglesias remató un centro hermoso que significaba el 1-0 a favor del Betis.
El gol en contra despertó al Valencia, y comenzó a tomar un poco más la pelotita. Llegó el minuto 30 y en un contragolpe letal, Hugo Duro definió como los dioses para encontrar el empate. ¡La final se ponía tremenda!
El primer tiempo terminó con un empate bastante movido, lleno de emociones y con un 1-1 que dejaba el partido abierto para cualquiera.
Ya en la segunda mitad, el Valencia fue el que arrancó mejor y con más posesión de balón, pero sólo duro unos minutos hasta que el Betis volviera a emparejar las cosas y tuviéramos un partido de ida y vuelta. Teníamos un duelo de área a área, pero al final, no se pudieron hacer más daño en los 90 minutos y nos íbamos a tiempos extra.
En el primer tiempo extra, tanto el Betis como el Valencia bajaron la intensidad, pero las emociones no dejaban de aparecer. Se terminaba la primera mitad del alargue y era turno de mi Andrés Guardado de hacerse presente en la Final de la Copa del Rey, el mexicano entró de cambio al 101' a repartir el queso y darle claridad a un Betis que ya se veía cansado. El segundo tiempo extra continuó de la misma manera pero tampoco se hicieron mas daño. Tendríamos penales.
Los penales fueron cardíacos, todos los jugadores, incluido Guardado, habían anotado, hasta que llegó Musah, que la mando a las nubes y con ese error, ya no le alcanzo a los valencianos. Betis se consagra como campeón de la Copa del Rey. ¡Qué partidazo nos regalaron!