La Fecha FIFA nos ha dejado gratos momentos y unos no tanto. Pero eso sí, siempre nos deja increíbles historias que valen la pena ser contadas, como lo es el caso del uruguayo Giorgian de Arrascaeta que tuvo que viajar 25 horas para jugar una final con su equipo. 

El charrúa estuvo concentrado con su selección en Asia, ya que Uruguay jugó contra Corea y Japón; en el último juego contra los nipones disputó 45 minutos y no puedo evitar la caída de la Garra Charrúa frente a los asiáticos. 

El pibe, entre risa y risa en las calles de Tokio, tenía en mente un objetivo, la final de la Copa do Brasil que estaba por disputarse días después, así que tan pronto se rompió la concentración, el jugador de Cruzeiro tomó un vuelo sin escalas de 25 horas a Sao Paulo para integrarse a la concentración del equipo brasileño. 

Giorgian llegó cuatro horas antes de jugar, se despaviló del pesado jet lag y el técnico lo consideró para jugar el segundo tiempo. Ya con las pilas a tope, el charrúa se rifó un golazo que significaría la victoria del Cruzeiro ante el Corinthians para retener dicho título. 

Sin duda es una de esas historias que todo el mundo debe conocer, esperemos que se la siga rifando e inspirar a más personas de que cuando se quiere, se puede.