Este fin de semana, la MLS registró uno de los juegos más mediáticos en lo que va de la temporada, en el duelo entre el Los Angeles FC y el Inter Miami, liderado por el astro argentino Lionel Messi; partido que acabó con victoria para los rosas con marcador de 3 goles por 1.

Aquello fue una fiesta completa, pero no una de esas fiestas sencillas que ustedes y nosotros conocemos, poco faltó para que una alfombra roja estuviera a la entrada del estadio para darle la bienvenida a tanta estrella que llegó a presenciar el juego de Leo.

Al encuentro acudieron muchas personalidades del entretenimiento, la farándula y hasta la realeza como Will Ferrell, Owen Wilson, Selena Gómez, Jaime Camil Gerald Butler, Liam Gallagher, LeBron James, Leonardo DiCaprio y hasta el Príncipe Harry.

Momento inolvidable

Pero punto y aparte de la presencia de esas reconocidas luminarias, hubo un momento dentro del estadio que derritieron a todos los presentes y a millones de televidentes que observaron el juego a través de la plataforma Aplle TV.

Tras el pitazo final y en medio de la ola de cámaras de televisión y fotógrafos, el experimentado defensor de LAFC, Giorgio Chiellini, fue al encuentro con Lionel Messi para saludarlo como es costumbre después de cada juego.

Acompañando al central, iban sus dos hijas, quienes ni lerdas ni perezosas pidieron una foto al 10 del Inter Miami y desde luego que este aceptó. Justo en ese momento, ambas niñas explotaron de emoción y alegría al ver que su ídolo estaría en una imagen con ellas.

El momento quedó inmortalizado y las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Parece que la llegada de Lionel a los Estados Unidos va mucho más allá del plano deportivo y su carisma y sencillez lo ponen cada vez más alto en la preferencia de la gente.

En lo meramente deportivo, este domingo, Messi fue un colaborador indirecto en el ataque de su equipo, colocando asistencias en dos de los tres goles que logró el conjunto rosa de Miami.

Ahora, el Inter está a un paso de meterse a zona de clasificación, algo impensado antes de la llegada de Messi al club, cuando era el peor equipo de toda la MLS.