El encuentro entre Cruz Azul y León se convirtió en un auténtico partidazo, lleno de emociones y giros inesperados. La Máquina Cementera dominó ampliamente la primera parte y se fue al descanso con una cómoda ventaja de 2-0 gracias a los goles de Carlos Rodríguez y Rodrigo Huescas.
Sin embargo, el segundo tiempo trajo una sorpresa imprevista. A los 62 minutos de juego, un corte de energía eléctrica sumió al Estadio Nou Camp en la oscuridad total, obligando a los árbitros a detener el partido. Tanto jugadores como aficionados se vieron obligados a armarse de paciencia mientras se trabajaba para restablecer el suministro eléctrico.
Tras una prolongada espera de más de 28 minutos, las luces finalmente se encendieron y el juego pudo reanudarse. Cruz Azul intentó mantener su dominio, pero León aprovechó la interrupción para recomponerse y empezar a inquietar al cuadro celeste.
Al minuto 90+12, Alan Medina recortó distancias para los visitantes con un potente disparo que batió al guardameta rival. La afición esmeralda recuperó la esperanza y el partido se volvió abierto y emocionante en los instantes finales.
No obstante, la respuesta de Cruz Azul no tardó en llegar. Apenas tres minutos después, Uriel Antuna remató de cabeza un centro perfecto para anotar el 3-1.
El Plátano Alvarado volvió a acercar al León en el marcador al minuto 90’+26′. Sacó un derechazo desde el centro del área que entró pegado al palo izquierdo.
Cruz Azul logró mantener la ventaja hasta el final, resistiendo los embates de los visitantes y asegurando un triunfo vibrante y accidentado en un partido que seguramente quedará en la memoria de los aficionados.