Qatar, querido Qatar, sabemos que estas a punto de arrancar, que esperas con ansias cuando la pelota empiece a rodar en tus hermosos estadios. Nosotros ya estamos listos, siempre lo estamos para los mundiales, y por eso te queremos advertir; prepárate, porque la afición mexicana es la mejor del mundo. Por lo mismo puede ser que se nos llegue a pasar un poco la mano con nuestras bromas o locuras, pero créenos, nada de lo que hacemos es por molestar.

Sin duda el color que le metemos al Mundial es incomparable, pero a veces sí nos llegamos a pasar de “chistosos”. Si no me creen, acompáñenme a revivir los mejores y más graciosos “osos” que hemos hecho en las diferentes Copas del Mundo que se han realizado. ¡Somos tremendos!

Arrancamos con todo, y es que en el ya lejano Francia 1998, un aficionado andaba paseándose por el Arco del Triunfo en París, de pronto, sintió unas ganas tremendas de hacer del baño. El mexicano no sabía que hacer, necesitaba un baño urgente, pero ante la situación, y al ver un “fueguito” prendido, decidió orinarlo. Así es compis, el mexicano, identificado por la policía como, Rodrigo Rafael Ortega, orinó ‘La Llama Eterna’ del Arco del Triunfo, y por supuesto que la apagó. La llama se encontraba encendida desde 1921, conmemorando a los soldados franceses caídos en la Primera Guerra Mundial. Y bueno, claro que a Rodrigo lo agarró la policía, aunque después lo dejó libre.

Siempre nos robamos el show en los mundiales

En Corea-Japón 2002, a un compi que iba pasadito de copas, se le ocurrió apretar el botón de emergencia mientras iba viajando en el tren bala, el más rápido del mundo. Esto hizo que el tren se detuviera y que él fuera detenido por los “polis”. No pasó a mayores, pero si causó la molestia de varios pasajeros.

Alemania 2006 nos dejó una anécdota curiosa. Los alemanes habían acondicionado un bunker para que sirviera como refugio. Nuestro mexa Evaristo Madero, tras echarse unas cervecitas, se cayó en él y se quedó bien dormido. Cuando despertó se dio cuenta de que no tenía idea de dónde estaba y comenzó a gritar. Así duró un rato hasta que un soldado alemán lo escuchó y lo ayudó a salir, no sin antes decirle: “eres mexicano, ¿verdad?”

Una de las más recordadas fue en Sudáfrica 2010, cuando a unos mexas se les ocurrió la brillante idea de “mexicanizar” la estatua de Nelson Mandela. Estos compas se pusieron bien creativos y la decoraron con un poncho bien colorido y un sombrero de charro. ¡Se la volaron!

En Brasil 2014, Jorge Alberto López Amores, andaba bajo las influencias de aquellas bebitas “que atontan” en un crucero y de pronto se cayó al agua. Claro que alarmó a todos y tuvo que llegar la Marina de Brasil para sacarlo. Tardaron seis días buscándolo, incluso tuvieron que usar un par de aviones para encontrarlo. ¡Somos el terror de los mundiales!